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jueves, 5 de enero de 2012

¿Define la dicotomía amigo/enemigo la esencia de lo político como afirmó Karl Schmitt?

Después de haber reflexionado no he llegado a ninguna conclusión mejor, y esta dicotomía me parece en definitiva bastante convincente, aunque no suene muy bien.

El hecho es que Schmitt afirma que “no se puede negar razonablemente que los pueblos se agrupan como amigos y enemigos, y que esta oposición sigue estando en vigor, y está dada como posibilidad real, para todo pueblo que exista políticamente” (El concepto de lo político).

Quiero hacer hincapié en un aspecto que me perece muy interesante, que es “está dada como posibilidad real”. Esta afirmación me traslada al DASEIN de Heidegger. El dasein es el ser-ahí arrojado a la existencia, es el hombre que problematiza constantemente su existencia, su ser; la angustia le pone frente a la revelación de nuestra auténtica condición, que es la finitud, de manera que es un ser para la muerte; dice Heidegger que nuestra vida se pierde frente a la inautenticidad, ya que la culpa nos hace presente el pasado y la muerte nos hace presente el futuro, (por ello sólo el hombre es propiamente mortal) y ahí es donde quiero llegar: la muerte nos hace presente el futuro.

La posibilidad de una muerte próxima hace que los pueblos se agrupen en amigos y enemigos y conformen un estado, “El Estado es el status político de un pueblo organizado en el interior de unas fronteras nacionales” y “contiene en el caso decisivo la pauta concluyente”: el caso decisivo es la posibilidad futura real de la muerte, es decir, la guerra.

Me parece acertada la afirmación de que la dicotomía amigo-enemigo es la esencia de lo político, ya que aquellos pueblos que no tienen una organización estatal como tal, por ejemplo las organizaciones acéfalas tribales de África, en la que no existe un cabeza de estado, sucede de esta manera: se agrupan en función a esa dicotomía. Un grupo cohesionado reconoce a un enemigo en común, porque existe la posibilidad real de un enfrentamiento que concluya en la muerte, y para evitar ello realizan una serie de “intercambios” de comida, objetos, regalos o mujeres; a pesar de que no se declaren la guerra, continúa la posibilidad, y por supuesto el reconocimiento del otro como enemigo.

Otra cosa es que dijera Schmitt que la esencia del Estado es la distinción amigo-enemigo, que no es el caso. Pienso que el Estado es la organización, que presupone el concepto de lo político, cuyo objetivo es evitar que se produzca “el caso decisivo”. No suena bien en este mundo hablar de enemigos, porque resulta hostil, con lo que se habla de “oponentes, competidores” etc. En la actualidad la violencia se condena (en principio), por lo que el Estado debe considerar otras vías para llegar a un acuerdo (la política) y evitar la guerra: pero la posibilidad está ahí. Por ejemplo, estos últimos días se ha hablado en los medios de comunicación de la tensión entre Irán y EEUU por la declaración del primero acerca de la posibilidad de cierre del canal de Ormuz, punto estratégico para el tránsito de petóleo hacia occidente, a lo que EEUU ha respondido que en tal caso tendría que tomar “medidas contundentes”.

Con todo ello quiero decir que a pesar de estar de acuerdo con la distinción amigo-enemigo como esencia de lo político, no apoyo que tengan que surgir hostilidades entre las naciones para que tenga lugar lo político, y mucho menos “el caso decisivo”. El Estado debe regular eso. Además, afirma Schmitt, que en el caso de que apareciera en un futuro un Estado global, desaparecería lo político, cosa con lo que no estoy de acuerdo: continuaría lo político y también la política para poder mantener y sostener ese Estado global, la pregunta que se me ocurre entonces es: ¿Sería como el Gran Hermano de Orwell? Pero ese ya es otro tema.

¿Dónde se sitúa el límite entre lo público y lo privado en Schmitt? pienso que el límite se encuentra precisamente en el caso decisivo, ya que cualquier ámbito, sea el económico, religioso, etc., si surge una disputa que enfrente a uno o varios sectores de la sociedad y puede significar una posibilidad de guerra y muerte, se convierte automáticamente algo público.